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GASTRONOMIA

FONDA MARCE : entre lugares encantadores y platos sin sazón

Ubicada en Cta. Hermosa 21, San Cristóbal, Cuernavaca, La Fonda Marce es un sitio que conquista la vista: su jardín bien cuidado, la terraza acogedora y los murales que decoran el lugar crean una atmósfera ideal para una tarde relajada. Sin embargo, la propuesta gastronómica se queda muy por debajo de lo esperado.

Comenzamos con un huarache de costilla de res que decepcionó desde el primer bocado: la carne estaba cocida, sí, pero fría, al igual que el resto del platillo. El frijol estaba tan seco que dejaba una sensación incómoda en la boca, y el huarache como tal tenía más apariencia de sandalia que de antojito bien preparado. La ensalada de lechuga fue lo único rescatable.

Después llegaron las enchiladas suizas. Las tortillas no fueron fritas, solo recalentadas, y el pollo tenía sabor a hervido sin sazonar. La salsa, por fortuna, sí tenía buen sabor y el toque de queso manchego gratinado, junto con aguacate y cebolla, le dieron algo de dignidad al platillo. Pero en esencia, la enchilada no cumplió.

Para acompañar, una naranjada mineral que no convenció: sin dulzor, sin fuerza en el sabor a naranja, simplemente insípida.

Y para rematar la experiencia, la mesa asignada tenía una pata floja que se movía constantemente, lo que afectó la comodidad de toda la comida. El personal no ofreció solución alguna.

La Fonda Marce es un lugar que enamora por su ambiente visual, pero decepciona en el paladar. Un espacio para tomarse fotos, no para regresar por su comida. Ojalá el sabor pronto esté a la altura de su encantador entorno.